La alimentación tiene una función mediadora de las relaciones sociales,
que va más allá de lo meramente nutricional, configurándose como un
fenómeno complejo.
Aspectos culturales marcan nuestras actitudes en relación a la comida, convirtiendo a nuestro cuerpo en un elemento de expresión de múltiples significados.
Los trastornos alimentarios pueden constituirse como Anorexia Nerviosa, Bulimia u Obesidad, de comienzo en la infancia u adolescencia, con diferentes grados de afectación y gravedad.
Involucran distorsiones de la imagen corporal y se acompañan de una sensación de inefectividad. El control del peso se convierte en el terreno que pone de manifiesto la autonomía y la competencia personal.
Aspectos culturales marcan nuestras actitudes en relación a la comida, convirtiendo a nuestro cuerpo en un elemento de expresión de múltiples significados.
Los trastornos alimentarios pueden constituirse como Anorexia Nerviosa, Bulimia u Obesidad, de comienzo en la infancia u adolescencia, con diferentes grados de afectación y gravedad.
Involucran distorsiones de la imagen corporal y se acompañan de una sensación de inefectividad. El control del peso se convierte en el terreno que pone de manifiesto la autonomía y la competencia personal.
Alimentación saludable |
Los pacientes y especialmente las familias se
encuentran atrapados entre el enojo y la sobreprotección, la
provocación y la culpa, la violencia y la desesperación. Los pacientes
pueden desarrollar conductas restrictivas o conductas bulímicas en
distintos momentos de su proceso.
A través de la propia negación, las personas con trastornos
alimentarios se vuelven incapaces o inefectivas en el desarrollo de una
auténtica conciencia de sus necesidades y deseos, más preocupados por la
experiencia ajena que por la propia. En muchas ocasiones estos cuadros
coexisten con problemas de depresión o de ansiedad.
Es tal la complejidad que se hace necesario el abordaje terapéutico interdisciplinar, tanto médico como psicológico. En Piscoafirma prestamos atención al paciente y a su familia.
El primer paso es reconocer el problema.
Tras el establecimiento de la relación terapéutica, el control de las
conductas alimentarias alteradas y el abordaje de las distorsiones
cognitivas, se tratan los significados asociados a la sintomatología, el
afrontamiento de sentimientos, la dificultad para la individuación y el
funcionamiento autónomo, planificando sesiones de seguimiento
periódicas. Exploramos las dinámicas de funcionamiento familiar con el
objetivo de mejorar la intervención.
De un trabajo constante y en equipo depende el éxito de la intervención.
“Nuestro cuerpo desnuda nuestra alma,
la anuncia y la va gritando por el mundo.
Nuestra carne es un medio transparente donde
da sus refracciones la intimidad que la habita”
J. Ortega y Gasset
Fuente: psicoafirma.com