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sábado, 26 de octubre de 2013

La desesperación de muchas familias: “insomnio infantil”


Desde hace pocos años, se creía que el insomnio lo padecía solamente la gente adulta ya que se pensaba que los niños no tenían motivo alguno para sufrirlo. Actualmente se sabe que hay un nombre considerable de niños que sufren de insomnio debido a la sensibilidad que presentan y a la susceptibilidad para captar las cosas que suceden en su alrededor.
El insomnio  infantil es un trastorno que afecta cada vez más a los niños. Su afectación puede empezar a partir de los 6 meses de edad y mantenerse hasta los cinco años.
Los padres con hijos que padecen insomnio refieren que  des de siempre les ha costado dormir y acostumbran a despertarse varias veces durante la noche con dificultades para poder conciliar el sueño de nuevo. Son pocos los casos que presentan problemas para dormir después de una causa externa ya sea una enfermedad, un trastorno del neuro desarrollo, entre otros.
En caso que aparezca el insomnio y su duración sea considerable es de gran importanciainsomniocomentarlo al pediatra y éste, derivarlo al especialista para poder hacer una valoración de la problemática y poder intervenir, considerando que puede afectar al día a día del niño. El niño se puede mostrar irritable, deprimido, cansado afectando tanto a su rendimiento personal como académico.
El fenómeno clínico que caracteriza a este tipo de insomnio es la dificultad del niño para iniciar el sueño y  los frecuentes despertares durante la noche. Suelen interrumpir el sueño entre 5 a 14 veces con dificultades para volver a conciliarlo de manera espontánea. Esto provoca la desesperación de muchas familias, los padres acostumbran a probar todos los métodos posibles pero no hay ninguna respuesta positiva.
¿Qué medidas hay que tener en cuenta para evitar el insomnio?
Es muy importante mantener una dieta adecuada antes de ir a dormir ya que una alimentación pesada puede acentuar esta problemática. Por lo tanto, la alimentación por la noche debe ser ligera evitando aquellos alimentos o bebidas que contengan cafeína y azúcares.
Los juegos a ordenador o la consola a última hora de la tarde también ayuda a mantener la dificultad para conciliar el sueño por la noche.
Por otro lado, elaborar un horario donde quede especificado la hora de ir a dormir y ser constante y rutinario en el cumplimiento del mismo ayuda a una mejor adquisición del sueño. Se pueden realizar actividades que le ayuden a relajarse como por ejemplo leer un libro o cuento pero siempre antes de quedarse dormido ya que el niño tiene que saber cuándo los padres abandonan la habitación. De no ser así, el niño podría experimentar un mal despertar durante la noche.
También, el hecho de que muchos niños presenten miedo a dormir en la oscuridad, genera la demanda a los padres de que dejen la luz abierta, esto retroalimenta la dificultad para coger el sueño. Una solución al problema, podría ser la substitución de las bombillas normales por unas luces nocturnas que permitan que el niño no esté absolutamente a oscuras además de no interferir en el proceso del sueño.
Para terminar, frente a les frecuentes despertares del niño durante la noche, muchos padres tienden a cumplir todas las demandas que el niño les hace (quedarse al lado de la cama, llevarlo a la cama una vez se queda dormido mirando la TV…) pero nada, e incluso el uso de fármacos, es suficiente para que el niño adquiera la continuidad del sueño. Los padres utilizan los cambios citados anteriormente para intentar que el niño duerma, aunque involuntariamente generan el efecto contrario al deseado.


Fuente: Centrepip.com

martes, 22 de octubre de 2013

Cómo solucionar el problema de las palabrotas

Los niños y las palabrotas

Las primeras palabras que emite el bebé son música para el oído de sus papás. Pero un buen día, para desconcierto de propios y extraños, el pequeño suelta su primera palabrota. No se sabe dónde o a quién se la ha oído, pero sí hay que tener claro lo que se debe hacer. Cuando son pequeños, los niños no se imaginan el significado de las palabrotas y expresiones vulgares que pronuncian los demás.

El problema de las palabrotas

Niños y palabrotas
Lo que está claro es que, cuando él las articula, los adultos no se quedan impasibles. Unos enrojecen, otros se ríen, otros se enfadan y muchos de ellos se quedan totalmente desconcertados. Tacos e insultos forman parte natural del aprendizaje del niño y es normal que los digan en un momento u otro. Pero evitar que formen parte habitual de su vocabulario es nuestra obligación.

Cuando el bebé aprende a hablar

El bebé aprende a hablar porque observa a las personas y las imita. Y lo seguirá haciendo en la medida en que se le escuche y se le refuerce lo que está diciendo. Para él es como un juego y, a medida que experimenta con el lenguaje, va adquiriendo mayor vocabulario.

Las primeras palabrotas: Caca, culo, pedo, pis

Alrededor de los tres años, el niño puede tener un vocabulario de alrededor de mil palabras. Le llaman la tención aquellas que se expresan con énfasis y, sobre todo, aquellas que provocan “reacciones especiales” en los demás. Por ello es normal que haga sus primeros pinitos en elmundo de las palabrotas.
A partir de los 4 ó 5 años además empiezan a parecerle graciosas las palabras relacionadas con los genitales y los excrementos. El mero hecho de decir “caca, culo, pedo, pis” les provoca la risa. También utilizan términos malsonantes que no tienen que ver con la fisiología del cuerpo y generalmente suelen elegir los que oyen más a menudo o los que llaman más su atención. Hasta aquí se trata de una conducta normal.

Dónde aprenden palabrotas los niños

Los padres en muchas ocasiones se preguntan: ¿dónde ha aprendido semejantes palabrotas? La respuesta es obvia. Se las oyen a sus compañeros de juego, a los adultos o en los medios de comunicación. Debemos procurar que el lenguaje que escuchen nuestros hijos sea el adecuado, ya que estos lo almacenan todo y luego es fácil que lo repitan.
Por tanto, hay que cuidar el grupo de amigos con el que el niño se relaciona, seleccionar el tipo de programas televisivos que ve y, por supuesto, predicar con el ejemplo. Nuestro vocabulario es muy rico y seguro que podemos omitir las palabras ordinarias.
El niño, en un principio, desconoce el significado real de estas palabras y, desde luego, no tiene ningún ánimo de ofender. Pero percibe perfectamente que, cuando las usa, los adultos le prestan una atención especial. Es importante conocer la finalidad que esconde cuando dice palabrotas, es decir, por qué las dice.
Ante todo, naturalidad
Si queremos que esta etapa sea pasajera y no se afiance, hay que procurar que el taco pierda su fuerza expresiva. No podemos evitar que diga palabras malsonantes, pero sí podemos intentar que no se refuercen. Si no nos escandalizamos ni nos reímos, seguramente la palabra pasará desapercibida y no se consolidará en el repertorio del niño. De lo contrario, aprenderá que esa es la mejor forma de conseguir lo que quiere y lo utilizará cuando desee algo y seguramente en el momento que surta mayor efecto, como por ejemplo cuando haya visita.

Límites y soluciones a las palabrotas

No hay que dramatizar, pero tampoco hay que ignorarlo siempre. Evidentemente, depende de la situación, y del criterio de los padres. Pero en general, si el niño excede el mal gusto y utiliza los tacos para herir a alguien o palabras muy fuertes, hay que decirle con firmeza –y a ser posible en privado– que no es admisible. Debe saber que existen ciertas reglas sociales y tiene que conocer cuáles son y respetarlas.
•- Primero prevenir. Cuidar las compañías, seleccionar los programas de la tele y predicar con el ejemplo.
- •Actuar con naturalidad en las primeras ocasiones. Reírle la gracia o reaccionar con enfado (amenazas, castigos o gritos) fomentará su uso cuando quiera poner a prueba al adulto.
-• Utilizar juegos de palabras. Para que los tacos pierdan fuerza expresiva podemos servirnos de palabras alternativas para expresar lo que siente.
-• Entender sus motivos. Si averiguamos el porqué de sus palabras, podremos anticiparnos a los hechos.
-• No perder los nervios. Si no estamos seguros de reaccionar con calma, es útil tomarse un paréntesis para, más tarde, una vez sosegados poder hablar del tema con una mayor perspectiva.
-• Proceder con firmeza cuando utiliza las palabras malsonantes.
-• Paciencia y perseverancia. Las conductas inapropiadas tardan tiempo en instaurarse, por lo que no desaparecerán de la noche a la mañana.
-• Penalizaciones. Si se ha intentado todo y no se logra que el niño modere su lenguaje, hay que marcar límites y penalizar su conducta.

Síndrome de Gilles de la Tourette

No siempre el niño que dice tacos tiene control sobre lo que está haciendo. Los niños con síndrome de La Tourette presentan numerosos tics motores y fonatorios combinados, entre los que se encuentra decir palabrotas. Se trata de un trastorno neuronal poco frecuente. Pero la forma de decir tacos es diferente, ya que carece de intencionalidad.
Aparece de repente, de forma estereotipada y sin sentido contextual, como descarga de una tensión originada por su estado emocional. Además la palabra soez suele ir acompañada de otros tics (muecas, carraspeos, movimientos de brazos y/o piernas…), todos ellos muy repetitivos.



Fuente: Con mis hijos.com

lunes, 14 de octubre de 2013

Trastornos Alimentarios


La alimentación tiene una función mediadora de las relaciones sociales, que va más allá de lo meramente nutricional, configurándose como un fenómeno complejo.
Aspectos culturales marcan nuestras actitudes en relación a la comida, convirtiendo a nuestro cuerpo en un elemento de expresión de múltiples significados.
Los trastornos alimentarios pueden constituirse como Anorexia Nerviosa, Bulimia u Obesidad, de comienzo en la infancia u adolescencia, con diferentes grados de afectación y gravedad.
Involucran distorsiones de la imagen corporal y se acompañan de una sensación de inefectividad. El control del peso se convierte en el terreno que pone de manifiesto la autonomía y la competencia personal.
Familia
Alimentación saludable
Los pacientes y especialmente las familias se encuentran atrapados entre el enojo y la sobreprotección, la provocación y la culpa, la violencia y la desesperación. Los pacientes pueden desarrollar conductas restrictivas o conductas bulímicas en distintos momentos de su proceso.
A través de la propia negación, las personas con trastornos alimentarios se vuelven incapaces o inefectivas en el desarrollo de una auténtica conciencia de sus necesidades y deseos, más preocupados por la experiencia ajena que por la propia. En muchas ocasiones estos cuadros coexisten con problemas de depresión o de ansiedad.
Es tal la complejidad que se hace necesario el abordaje terapéutico interdisciplinar, tanto médico como psicológico. En Piscoafirma prestamos atención al paciente y a su familia.
El primer paso es reconocer el problema.
Tras el establecimiento de la relación terapéutica, el control de las conductas alimentarias alteradas y el abordaje de las distorsiones cognitivas, se tratan los significados asociados a la sintomatología, el afrontamiento de sentimientos, la dificultad para la individuación y el funcionamiento autónomo, planificando sesiones de seguimiento periódicas. Exploramos las dinámicas de funcionamiento familiar con el objetivo de mejorar la intervención.
De un trabajo constante y en equipo depende el éxito de la intervención.

“Nuestro cuerpo desnuda nuestra alma,
la anuncia y la va gritando por el mundo.
Nuestra carne es un medio transparente donde
da sus refracciones la intimidad que la habita”
J. Ortega y Gasset





Fuente: psicoafirma.com